Un traje de buceo Iron Man para extender la exploración submarina
Los científicos han creído durante mucho tiempo que los organismos y compuestos químicos que se encuentran en las profundidades de los océanos podrían ayudar a resolver muchos misterios médicos. El mayor reto ha sido el acceso.
Las criaturas bioluminiscentes de interés viven cientos de metros hacia abajo y no pueden sobrevivir a la presión de la superficie. Sin embargo, los neurocientíficos interesados en estudiar las posibles conexiones entre los patrones de bioluminiscencia y la actividad cerebral humana no tienen el equipo necesario para observar peces de aguas profundas en su ambiente nativo.
Un traje de buceo hecho con una nueva aleación de aluminio fundido pronto podría cambiar esta situación. El Exosuit —un traje de buceo de dos metros de envergadura y 240 kilos de peso— permite a un buzo explorar hasta 305 metros de profundidad sin sucumbir al frío y la presión, que es 30 veces mayor que en la superficie. Además de brindar protección, el traje cuenta con propulsores en los pies de 1.6 caballos de fuerza y 18 juntas rotativas en los brazos y las piernas para ofrecer una libertad de movimiento imposible de alcanzar incluso en el sumergible más ágil.
Al menos esos son los beneficios prometidos de este nuevo aparato para la exploración del océano. La verdadera prueba de fuerza de Exosuit (valorado en 1,3 millones de dólares) será en julio, cuando los investigadores de la Expedición Stephen J. Barlow Bluewater lo prueben en el océano a unos 160 kilómetros de la costa de Nueva Inglaterra.
Allí, el piloto del Exosuit Michael Lombardi investigará un área llamada The Canyons, una región geográfica bajo el agua , que incluye una fuerte caída de la plataforma continental a profundidades de más de tres kilómetros,informa Scientific American.
Los objetivos de la expedición son registrar los patrones que destellan una variedad de organismos luminiscentes a media profundidad e identificar nuevas moléculas bioluminiscentes con potencial para aplicaciones médicas.
Lombardi descenderá a un ritmo de unos 30 metros por minuto hasta llegar a su objetivo de profundidad 10 minutos más tarde . Esta inmersión se llevará a cabo en la noche, cuando los peces que viven en las profundidades del océano hacen su migración vertical diaria a la mitad del océano, o zona mesopelágica , a unos 300 metros de profundidad. Un submarino robótico llamado DeepReef-ROV acompañará Lombardi, con el suministro de luces, cámaras y otros equipos.