Parque Submarino de Bizkaia
La Diputación Foral de Bizkaia, tras comprobar en marzo pasado la viabilidad del anteproyecto, ha decidido impulsar la idea que propone el hundimiento de siete barcos en la costa vizcaína; un proyecto pionero que pretende crear riqueza ambiental y económica.
Alain Laiseka Bilbao en el periódico DEIA
«¿Para qué vais a crear vida en un lugar en donde nunca ha existido?» La pregunta lanzada por los opositores al proyecto de elaboración de un parque submarino en Barcelona no carece de sentido y hace hincapié en uno de los puntos más importantes de la propuesta hecha a principios de año por el centro de buceo Tarpoon y la consultora Grupo Proyección a la Diputación Foral de Bizkaia.
Efectivamente, no tiene sentido crear vida en donde la propio naturaleza ha decido sus razones tendrá no hacerlo. Hasta ahí todo correcto. Ninguna pega. Si no fuese porque se ha quitado tanto a la mar, se ha explotado de una forma tan indiscriminada un recurso tan rico que se ha conseguido, una vez más, dejarlo al borde del k.o.
El proyecto del hundimiento controlado de siete barcos en la costa de Bizkaia, representa en sí una posibilidad para dar vida a una zona enla que la palabra desierto luce en su máxima expresión. No se puede ir en contra de la naturaleza y el proyecto no debería pretenderlo. Para llegar a una propuesta económicamente atractiva sería bueno adoptar las medidas medioambientales pertinentes. El recuerdo del Prestige es aún demasiado doloroso.
Tras presentar un anteproyecto elaborado por la consultora Grupo Proyección, el futuro Parque Submarino de Bizkaia va cogiendo forma. Así se desprende de las conclusiones del último viaje realizado a Miami (Florida) adonde José Gordejuela, director de la consultora Grupo Proyección, y el diputado de Empleo y Formación Sabin Arana acudieron con la idea de recabar información acerca del sector del submarinismo.
Además, presentaron su proyecto de hundimiento a varios expertos internacionales para cerciorarse de que el camino escogido era el adecuado. No estaban equivocados. Expertos avalados por varios hundimientos intencionados en todo el mundo certificaron el buen planteamiento del proyecto. El viaje había dado sus frutos y el proyecto pionero en el Estado español ha adquirido, tras la experiencia americana, una mayor fuerza si cabe. Tal es el interés suscitado en Miami que incluso los expertos del sector consultados se han prestado a ayudar en lo que sea necesario e incluso a enviar cartas de apoyo a los diferentes estamentos.
El proyecto del Parque Submarino de Bizkaia contempla el hundimiento de siete barcos la cantidad aún no ha sido precisada con exactitud y depende de la situación de los barcos que se encuentran actualmente varados y abandonados en la Ría para crear una zona controlada de buceo.
Para el hundimiento controlado, los responsables del proyecto han escogido un punto situado en el exterior del dique de Punta Lucero, que cumple con todos los requisitos necesarios para llevar a la práctica los objetivos del proyecto.
Dicho punto se encuentra fuera de las rutas de aproximación de los buques que entran en el puerto, a la vez que carece de actividad pesquera al ser una zona «desierta» en la que reina el fango y la falta de vida. Un desierto en toda regla. Del mismo modo, el hundimiento no modificaría el comportamiento de las corrientes y el fondo de arena, de 28 metros y donde el biotopo es pobre, una profundidad idónea para la práctica del buceo recreativo.
Pese a que la idea pueda parecer descabellada, no se trata ni mucho menos de un proyecto pionero en el mundo, aunque sí lo sea, en cierto modo, en el Estado español. Tres dragaminas de la Armada española hundidos en la costa de Murcia y los ejemplos de Palamós y Barcelona sirven para ilustrar que la idea no es ni mucho menos una «locura». Pero yendo aún más lejos, las experiencias de Florida y Escocia pueden resultar incluso más esclarecedoras.
En los Cayos de Florida se encuentra el mayor pecio intencionadamente hundido del mundo, el Spiegel Grove. El barco fue hundido el 10 de junio de 2002. En los Cayos de Florida existen programas de hundimientos controlados desde hace más de 30 años con el claro objetivo de regenerar la vida submarina de la zona y crear una oferta turística que redunde directamente en la economía de la zona. ¿Cómo? No es difícil de adivinar. El hundimiento de un barco o de «cualquier» otra estructura con el fin de crear un arrecife artificial en una zona «desértica» genera rápidamente vida a su alrededor. La estructura, de acero en este caso, queda rápidamente impregnada de materia viva que se queda allí a vivir. El arrecife artificial es colonizado por la vida submarina.
Son muchos los ejemplos que constatan la viabilidad del proyecto, pero sin duda alguna uno de los más esclarecedores es el de Jean Michel Cousteau, hijo del célebre Jaques Cousteau. Jean Michel llevó a cabo el hundimiento de una fragata rusa en 1986 y hoy en día ese punto situado en la isla más pequeña de las Caimán es visitado por cientos de buceadores. Otro tipo de riqueza, la económica, la turística, asoma a las puertas del ambicioso proyecto.
El mismo Cousteau, en una reciente aparición en Bilbao, calculaba que cada raya (el pez) producía en las Caimán unos ingresos anuales de 40.000 euros teniendo bien presente que visitar el barco hundido conlleva un gasto en alojamiento, alimentación, complementos de buceo… Esa misma raya, según Jean Michel Cousteau, sólo aportaría 40 euros si fuese pescada.
Extrapolar datos y números al futuro parque submarino de Bizkaia sería poco productivo e incluso inútil, pero sirve para hacerse una idea del potencial de un sector, el del submarinismo, en evidente proyección.