Los submarinistas que han sufrido una descompresión durante su actividad subacuática pueden precisar atención unas horas más tarde aunque asintomáticos. El tratamiento de estos buzos se debe realizar selectivamente, según el índice DOLA, que se explica en una nueva guía de actuación editada en Cataluña.
Los buceadores que han sufrido una descompresión omitida y están asintomáticos pueden sufrir un accidente disbárico en las siguientes horas.
A menudo han sido recomprimidos de forma sistemática. Pero esta práctica ha generado diversos problemas, entre ellos, económicos, ya que muchas compañías aseguradoras se han negado a cubrir los costes de los tratamientos, alegando que eran innecesarios.
Así lo ha explicado Jordi Desola, corresponsable junto a Joan Sala de la Unidad de Terapéutica Hiperbárica y director del XII Curso Teórico-Práctico de Soporte Vital en Medio Acuático y Tratamiento Inicial de Accidentes de Buceo, que forma parte del máster de Medicina Subacuática e Hiperbárica de la Universidad de Barcelona.
La situación de los buceadores descomprimidos y, al tiempo, asintomáticos se debe tratar según el índice de Descompresión Omitida Líneas de Actuación (DOLA).
Lo cuenta en detalle, entre otros temas, el monográfico Medicina Subacuática. Guías de Actuación, que se acaba de publicar en la revista Apuntes. Medicina del Deporte, editada por la Dirección General del Deporte de la Generalitat de Cataluña.
Los factores, Según Desola, la recompresión debe realizarse tras evaluar, caso a caso, los factores individuales previos de cada afectado (obesidad, sexo femenino, accidente previo, consumo regular de ciertos medicamentos, edad, gravidez o tabaquismo, entre otros); factores previos a la inmersión (falta de sueño, ejercicio, inmersiones múltiples o continuadas, estrés y consumo de alcohol (12 horas antes); factores propios a la inmersión (profundidad máxima, ahogo, tiempo total en el fondo, fatiga o trastorno respiratorio entre otros), y factores posteriores a la inmersión (ducha caliente, comer en exceso, buceo en apnea durante más de 15 minutos o ejercicio en el fondo).
Cada grupo de factores se puntúa del 1 al 10. Si en el resultado final los pacientes presentan una puntuación del 0 al 10 no precisan tratamiento; si ésta es de 10 a 20 requieren control; si se sitúa entre 20 y 30 necesitan oxígeno sin cámara hiperbárica, y si se halla entre 30 y 40, precisan oxígeno y cámara.
Desola destaca que los buceadores deben tratarse siempre en un centro de medicina hiperbárica homologado, que se halle en un hospital, en lugar de en una cámara hiperbárica aislada. Entre 1967 y 2001 en España se han registrado 610 accidentes disbáricos, de los cuales entre un 10 y un 15 por ciento han sido mortales y entre un 35 y un 4