Expedición al Polo Norte: del 29 de junio al 10 de julio. Una auténtica aventura a bordo del Grigoriy Mikheev
El Mikheev es un barco de casco de acero, 66 metros largo, 12.8 metros de ancho y con un desplazamiento de 2.000 toneladas, ideal para la región ártica, capitaneado por Alexsander Pruss.
Nuestro periplo comienza en Longyearbyen (Spitsbergen) aclimatándonos de golpe a una temperatura de 5 ºC (y eso que es verano…). Tras los recibimientos, los papeleos de rigor, las presentaciones de nuestros guías de buceo, etc, pasamos a realizar el siempre divertido simulacro de evacuación con el salvavidas naranja, compañero de todas nuestras posteriores excursiones.
En la cena conocimos al que sería nuestro cocinero, un gigantón argentino emocionado porque alguien hablaba su mismo idioma. Tras la cena a nadie se nos hacia la hora de ir a la cama ya que el sol continuaba brillando y así lo haría incansablemente los 10 días siguientes. Es el llamado Sol de Medianoche.
Día 30: Objetivo, la exploración ártica para visitar algunos de los lugares interesantes dentro del área de Kongsfjord. Visitamos un pequeño pueblo dedicado a estación de investigación donde se puede ver el Monumento de Ammunsen, primer explorador noruego que cruzó el Ártico con éxito. Hicimos nuestro primer buceo y comprobamos cual iba a ser el principal problema para todo el viaje: el frío en las manos resultaba insoportable. El cuerpo lo llevamos muy bien abrigado, los reguladores Mares, cedidos para la ocasión, funcionaban a la perfección, pero nada mantiene la temperatura en los dedos, ni guantes secos, triples guantes, gruesos, manoplas…
En el fondo, mala visibilidad, vemos un suelo tapizado de kelp y aprendemos a reconocer vida, hasta ahora desconocida para nosotros: flabelinas, cnidiarios, medusas..pero todo en version rara.
Por la tarde, visitamos con las neumáticas el glaciar 14 de Julio.
Día 1: Navegamos por un estrecho rodeados de montañas heladas para llegar finalmente al glaciar de Smeerenburg. Es donde podemos contemplar nuestro primer oso y su intento de cazar focas. Nos acercamos con las barcas al glaciar. En los grandes fragmentos de hielo desprendidos descansan las focas y sus crías. Un placer para los ojos y las cámaras de fotos. Por la tarde visitamos la estación de caza de ballenas holandesa, buceamos en iceberg, uno de los buceos mas placenteros del viaje. Temperatura del agua: 1 ºC. Durante la navegación pudimos ver inmensas morsas y nuevamente a un oso con su osito planteando una nueva estrategia de caza fallida. Las cámaras de fotos se encontraban al rojo vivo.
Día 2: El crucero continúa. Nos encontramos ya a 76º Norte. Realizamos un buceo tranquilo por la mañana. Una zona en la que el kelp se combina con playas de arena. Nos encontramos estrellas de 10 brazos, peces pequeños, cangrejos extraños. Visitamos las tranquilas aguas de Lifdefjorden, y una antigua cabaña de cazadores hoy mantenida por el Gobernador de Svalbard para uso recreativo de las personas que viven allí o por científicos. También pudimos descubrir restos de huesos, de miles de años, de ballenas. Al regreso nos esperaba una sorpresa, ¡una barbacoa en la cubierta del barco en pleno Polo!
Bailes, música y buen ambiente a 6 ºC y rodeados de hielo.
Día 3: Tenemos una fuerte experiencia. Descendemos a las neumáticas para fotografiar las morsas. Nos encontramos rodeados de un hielo que se mueve a velocidad y que nos encierra dejándonos encajado en él. Gracias a la pericia de los guías y a que el barco madre abre camino termina la visita en forma de anécdota. La inmersión, esta vez a -1 ºC, consistió en rodear dos pequeños icebergs y disfrutar de sus cavernas.
Día 4: Surge una mañana soleada con cielo azul claro y un océano tranquilo. Navegamos hacia Alkefjellet que es un despeñadero de basalto vertical donde anidan varios cientos de Miles de Guillemots (aves). En la pared del desfiladero realizamos nuestra siguiente inmersión donde lo que destaca son las anémonas que tapizan dicha pared. Durante la navegación pudimos disfrutar de la grandiosidad de la naturaleza, de ver actuar un barco rompehielos, observar y fotografiar variedad de aves.
Día 5: Cual reportaje del National Geografic, pudimos disfrutar de una visita de un gran oso polar con su osezno y más tarde del intento de cazar una morsa. Pero a pesar de su perfecta estrategia escondiéndose en el agua, apareciendo cerca de ellas corriendo, resultó ser demasiado grande hasta para el oso. La inmersión de hoy se realiza en una pared que cae hasta los 40 metros. Una de las mejores inmersiones de la zona. Temperatura del agua -4 ºC.
Día 6: Despertamos en un mar de hielo. La tripulación debe tomar un camino distinto al que se pensaba en origen porque el hielo es demasiado denso. Nos tomó muchas horas romper una y otra vez el hielo para salir de él gracias a la pericia del capitán. Una cura para el espíritu.
A las 11 de la noche pudimos bucear. Era la primera vez que hacíamos una nocturna con sol.
Día 7: Nos acercamos a ver el glaciar Madelen. Tropezamos con inmensos fragmentos de hielo azul. En alguno de ellos descansan las focas. Somos protagonistas del hundimiento de parte del glaciar. El episodio es espectacular. Primero un estruendo, seguido de un gran derrumbamiento para terminar formando una ola de una altura de 4 metros. ¡Indescriptible!
Día 8: Acudimos a una playa donde descansan docenas de morsas. Apenas nos separan unos metros de ellas. Nos sentamos en la arena contemplando a la colonia. Unas retozan, otras nadan. Desde ambos lados es curioso el espectáculo, desde el nuestro hacia las morsas, como el de las morsas hacia nosotros (guiris con cámaras).
Última inmersión del viaje: un canal que desciende hasta los 20 m de profundidad donde descubrimos algas, anémonas de mar corales blandos, y la perla del Ártico, un caracol con alas.
Nuestra expedición ha llegado a su fin.
Volvemos con las pilas mas cargadas que nunca.
Gracias a todos, a los patrocinadores, en especial a Mares por facilitarnos un material tan técnico.
Os esperamos en el próximo viaje….que será más calentito.
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