El buceo es una actividad segura debido a que se exige una preparación muy completa: técnica, teórica y física. Sin embargo, los siniestros suelen ser graves. Para estar más preparados en patología hiperbárica, El Hospital Juan Canalejo de A Coruña ha celebrado las I Jornadas Gallegas de Medicina Subacuática
La formación de los submarinistas buceadores profesionales, los buceadores científicos (biólogos marinos y oceanógrafos) y los que hacen inmersión como actividad recreativa, es muy rigurosa.
Además, la normativa internacional es muy homogénea. «La seguridad es, por tanto, muy alta, pero hay mucha gente bajo el agua y patologías específicas que hay que conocer porque las consecuencias pueden ser graves», ha señalado Salvador Fojón Polanco, coordinador de las I Jornadas Gallegas de Medicina Subacuática organizadas en el Juan Canalejo y adjunto de Medicina Intensiva del hospital coruñés. Este experto ha explicado que los médicos de Urgencias y de Medicina Inensiva son los que están directamente implicados en la medicina subacuática, aunque al congreso han asistido también buceadores profesionales y avanzados para favorecer la prevención.
Los profesionales sanitarios que atienden a los buceadores que han sufrido algún accidente tienen que tener la preparación y equipos adecuados, pues las patologías que deben tratar requieren de una terapia específica y urgente. La atención del paciente por una Unidad de Medicina Subacuática e Hiperbárica es el procedimiento adecuado para atender estas enfermedades.
Asimismo, es necesario optimizar la coordinación entre la asistencia in situ que proporcionan el compañero del buceador accidentado, el transporte sanitario (061), los servicios de Urgencias y Medicina Intensiva y las Unidades Hiperbáricas. Se precisa una atención sanitaria global que establezca, si procede, el tratamiento hiperbárico. Los facultativos de urgencias y los propios buceadores deben saber dónde se encuentra la cámara hiperbárica adecuada, pues no todos los centros sanitarios cuentan con una.
Patologías: La enfermedad por descompresión y los barotraumas son, junto con patología ORL, los problemas más frecuentes y característicos. La primera obedece a la formación de burbujas en los tejidos como consecuencia de una disminución brusca de la presión ambiental. Estas burbujas pueden provocar complicaciones graves, como fenómenos trombóticos y embólicos. «Es muy importante prestar una asistencia completa al estado general del paciente empezando por la RCP», ha subrayado el doctor Fojón Polanco.
Los barotraumas, de los cuales el más importante es el torácico, se producen igualmente por cambios bruscos de presión. «El cambio de presión modifica el volumen de los gases, lo que puede causar daños en tejidos, tanto expansivos como implosivos», ha señalado este experto.
Salvador Fojón ha añadido que las Unidades de Medicina Subacuática e Hiperbárica tienen otras aplicaciones, como el tratamiento de trastornos isquémicos y vasculares, embolismos, intoxicaciones por gases como las que se producen en un incendio, y patologías infecciosas como las mionecrosis por clostridios. «Existe un campo de la medicina en el que la cámara hiperbárica es una herramienta terapéutica eficaz».
Los momentos más peligrosos del buceo son la inmersión y la emersión. «Paradójicamente, los mayores cambios proporcionales de presión se producen cerca de la superficie. Por esta razón, a medida que un buceador se acerca a este punto, los cambios deben ser más lentos. Cualquier salida precipitada es peligrosa», ha advertido Fojón.
No obstante, los buceadores suelen practicar esta actividad de manera responsable. «Hay magníficas escuelas de buceo y la preparación es muy buena».
Los momentos más peligrosos del buceo son la inmersión y la emersión. «Paradójicamente, los mayores cambios proporcionales de presión se producen cerca de la superficie. Por esta razón, a medida que un buceador se acerca a este punto, los cambios deben ser más lentos. Cualquier salida precipitada es peligrosa», ha advertido Fojón. No obstante, los buceadores suelen practicar esta actividad de manera responsable. «Hay magníficas escuelas de buceo y la preparación es muy buena».
Fuente: Diario Médico
Autor: María R. Lagoa
Fecha: 16 de abril de 2002